La función tónica.
La actividad tónica es una actividad muscular sostenida que prepara para la actividad motriz básica (Stambak, 1979). Se trataría de algo parecido a un estado de atención del cuerpo que le mantiene preparado para la acción.
Fundamentalmente ha sido definido el tono como un estado permanente de ligera contracción en el cual se encuentran los músculos estriados, cuya finalidad es la de servir de telón de fondo a las actividades motrices y posturales.
Existe una variabilidad en la expresión del tono dependiendo de la postura, la acción o el movimiento que se esté elaborando o manteniendo. Así pues, el tono se manifiesta por un estado de tensión muscular que puede ir desde una contracción exagerada (paratonía, catatonia) hasta una descontracción en estado de reposo (hipotonía) en donde casi no se percibe, aunque existe, la tensión muscular.
Wallon: él fue quien puso de relieve la enorme importancia del mismo en el desarrollo y en la actividad del individuo. Wallon (1942) considera que el movimiento en todas sus formas es consecuencia de la actividad muscular, la cual, a su vez, presenta dos aspectos: el clónico o cinético, que consiste en alargamientos o acortamientos de los músculos y el tónico que consiste en distintos estados o niveles de tensión muscular. El tono aparece en relación con las actitudes y las posturas y gestos que se utilizan en el ámbito de la relación humana. El movimiento, en cambio, por su carácter cinético, se orienta principalmente hacia el mundo objetivo.
La función tónica es la mediadora del desarrollo motor, puesto que organiza el todo corporal, el equilibrio, la posición y la postura que son las bases de la actuación y el movimiento dirigido e intencional. El tono depende de un proceso de regulación neuromotora y neurosensorial.
A través del tono se produce una integración central de los mensajes de la vida de relación (músculos estriados a través del sistema nervioso central) y de la vida vegetativa (músculos lisos a través del sistema nervioso simpático y parasimpático) que mantienen el estado central de excitación y condicionan el comportamiento general del individuo. Bajo la influencia de las regulaciones globales de la actividad, el tono constituye una expresión orgánica y psíquica de enlentecimiento o de estimulación que determina le evolución del comportamiento del individuo. La cualidad de los movimientos está estrechamente ligada al tono de base, es decir, a los datos neurológicos y a la maduración nerviosa.
El tono muscular no se puede concebir estáticamente. La aparente inmovilidad de un cuerpo no es más que la aparente ausencia de reacción de una vigilancia tónica siempre despierta.
La función tónica, al actuar sobre todos los músculos del cuerpo, regula constantemente sus diferentes actitudes y de este modo se constituye en base de la emoción. El tono es, consecuentemente, la base con la que se forman las actitudes, las posturas y la mímica. Al ser fuente de emociones y materia prima de reacciones posturales, el tono prepara la representación mental.
En la función tónica se imprimen todas las cargas afectivo-emocionales del individuo: estados de tensión, de ansiedad, de alegría, motivación, deseo, repulsión... El diálogo tónico, expresión y forma de lenguaje del cuerpo, representa un modo de sentir en la piel todo cuanto emerge de nuestra vivencia emotiva y relacional.
La emoción, en cuanto manifestación física, sólo puede instaurarse por el condicionamiento humano, por la relación tónico-emocional que el bebé establece con su madre, a partir de la cual, las explosiones emotivas orgánicas se transforman en medios de acción sobre el entorno, en reacciones expresivo-afectivas. La emoción, cualquiera que sea su matiz, tiene siempre por condición fundamental las variaciones en el tono de los miembros y en la vida orgánica.
El tono muscular es el punto de arranque de la estructuración psicomotriz y es por ello que muchas de las alteraciones o dificultades que aparecen en el desarrollo infantil se remontan a una deficiencia tónica.
En el abordaje psicomotor sobre el tono merece una atención especial el tema de la relajación. Podemos distinguir varias formas de relajación. En primer lugar, tenemos dos tipos de relajación: global y segmentaria; en segundo lugar, la relajación automática y la relajación consciente.
La relajación permite mejorar la postura mediante la supresión de tensiones musculares superfluas al mismo tiempo que contribuye a la elaboración de la imagen corporal a través de la experimentación de un estado tónico peculiar (Bucher, 1982). El problema recibirá diversas soluciones en función de ciertos factores como la edad del sujeto, su estado de madurez, sus problemas afectivos, el tipo de relación que establece. Con niños pequeños no se puede pasar de una relajación difusa y generalizada, sin especificar las partes del cuerpo (relajación global). Posteriormente se puede conseguir que el niño aprenda a inhibir su tono muscular y a regular sus ajustes posturales y cinéticos, pudiendo distinguir los elementos corporales y deteniéndose en su distensión (relajación segmentaria). Por la relación entre lo tónico y lo emocional, la relajación se asocia a sensaciones de bienestar.
La relajación automática se produce de forma espontánea después de una fuerte ejercitación que provoque fatiga, como mecanismo equilibrador del tono y la respiración. Suele ser global y puede partir de estimulaciones externas (música) o internas (ritmo respiratorio). La relajación consciente supone un previo conocimiento del esquema corporal, suele ser segmentaria y puede partir de estimulaciones táctiles, visuales o auditivas.
VAMOS A JUGAR
Nombre del juego: Tranquilo y sin moverse.
Objetivo: Mejorar el equilibrio estático.
Materiales: Cuerdas.
Organización: Los niños se agrupan en tríos con una cuerda en las manos.
Desarrollo: A una señal del educador se deben parar en el pie derecho hasta que indiquen cuando cambiar para el pie izquierdo.
Reglas:
- Se debe alternar el pie de apoyo en cada ronda.
- Los niños no deben soltar la cuerda.
- Gana el trío que no pierda el equilibrio y lo logre hacer correctamente.
Variante: Se puede sustituir la cuerda por un palo.
Nombre del juego: Soporta la carga.
Objetivo: Mejorar el equilibrio estático.
Materiales: Libros pequeños y de poco peso.
Organización: Los niños se distribuyen en la formación de dispersos por el área cada uno con un libro pequeño en la mano.
Desarrollo: A la señal del profesor deben pararse derechos con las piernas unidas y la espalda recta, se colocan el libro en la cabeza y deben mantenerlo por el mayor tiempo posible sin que se caiga.
Reglas:
-El niño que se le caiga el libro en los primeros 3 segundos debe recogerlo y volverlo a colocar en la cabeza.
-Gana el niño que mantenga la postura correcta y no se le caiga el libro.
-Pierde el niño que se le caiga el libro.
gracias por la info, ojala sigas escribiendo
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