La coordinación motriz
Nuestro cuerpo se mueve continuamente ejecutando una auténtica melodía cinética en la que intervienen simultánea, alternativa o sincronizadamente una variada gama de pequeños o grandes movimientos que componen el movimiento armónico, preciso y orientado al fin que se persigue.
La coordinación motriz es la posibilidad que tenemos de ejecutar acciones que implican una gama diversa de movimientos en los que interviene la actividad de determinados segmentos, órganos o grupos musculares y la inhibición de otras partes del cuerpo.
Tradicionalmente se distinguen dos grandes apartados en la coordinación motriz:
Coordinación global: Movimientos que ponen en juego la acción ajustada y recíproca de diversas partes del cuerpo y que en la mayoría de los casos implican locomoción (Le Boulch, 1986). Por ello, habitualmente, se le conoce con el nombre de coordinación dinámica general.
Coordinación segmentaria: Movimientos ajustados por mecanismos perceptivos, normalmente de carácter visual y la integración de los datos percibidos en la ejecución de los movimientos. Por esta razón se le denomina habitualmente coordinación visomotriz o coordinación óculo-segmentaria.
La coordinación se construye sobre la base de una adecuada integración del esquema corporal (fundamentalmente del control tónico-postural y su implicación en las reacciones de equilibración y la vivencia de las diferentes partes del cuerpo a través de su movilización), que a su vez provoca como resultado la estructuración temporal, puesto que los movimientos se producen en un espacio y un tiempo determinado, con determinado ritmo o secuenciación ordenada de los pequeños movimientos individuales que componen una acción.
Los esquemas de ciertas conductas motrices que manifiestan coordinación de movimientos simples pueden llegar a automatizarse, a base de múltiples repeticiones, constituyendo las praxias. Las praxias tienen enorme importancia en la adquisición de los aprendizajes básicos, los hábitos y en el desarrollo del lenguaje.
La educación de la coordinación global y segmentaria ofrece al niño la posibilidad de desarrollar sus potencialidades motrices: correr, saltar, trepar, rodar, arrastrarse, capturar, lanzar... son funciones que surgen y refuerzan el esquema corporal, estructuran el equilibrio y contribuyen a la adquisición de capacidades psicofísicas como la velocidad, la precisión, la resistencia.
Las actividades que tradicionalmente se incluyen en el área de la coordinación motriz constituyen las conductas motrices básicas sobre las que se fundamenta la actividad físicodeportiva (Wickstrom, 1990). Es por ello que en la práctica de la Educación Física se hace imprescindible contar con el desarrollo de la coordinación, y si analizamos las competiciones atléticas y los deportes de movimiento, individuales o grupales, nos costará encontrar uno que no requiera para su práctica de la coordinación global o segmentaria.
Para Fernández y Navarro (1989) las actividades de coordinación, que constituyen las tareas motrices básicas, pueden ser claramente diferenciadas en locomotrices (desplazamientos, saltos, giros) y manipulativas (recepciones, lanzamientos) existiendo un lugar común, las locomotrices-manipulativas (transportes, conducciones). A nuestro entender se excluyen en esta clasificación las conductas motrices de coordinación global que no son locomotrices, que no implican desplazamiento, aunque esto sería discutible pues si bien el individuo no se desplaza de un lugar a otro, sí que varía su ocupación del espacio en el cual se mueve. Nos referimos a acciones como balancearse, inclinarse, estirarse, encogerse, doblarse, retorcerse, agacharse, levantarse, girar, equilibrarse, colgarse, suspenderse, traccionar, etc.
¡VAMOS A JUGAR!
Titulo: “Los soldaditos.”
Nº de participantes: Todo el nivel
Espacio físico: Patio o sala de clases.
Objetivos: Adquirir, dominio de sus habilidades corporales, explorando nuevas posturas, direcciones, velocidades etc...
Descripción:
Los niños se colocan en grupo detrás de un “guía” (que actúa y tiene el cargo de capitán), el que da las órdenes y que los soldaditos (niños) deben cumplir, como por ejemplo:
- Tenderse todos de espaldas
- Levantar una pierna
- Salir corriendo
- Manos arriba
- Tocar la pared o el suelo con dos manos..
- etc.…
Los niños deben obedecer únicamente las consignas que vayan precedidas de la frase “orden del capitán”. Si cumplen las órdenes que no vayan precedidas de esa frase, abandonan el juego y ayudan al capitán a controlar las infracciones que cometa el resto de los niños.
Titulo: “Ha llegado una carta”
Nº de participantes: Todo el nivel
Espacio físico: Patio o sala.
Objetivos: Coordinar, la audición con el movimiento y desplazamiento dentro del espacio.
Descripción:
Se colocan todos los niños y niñas al fondo del patio o sala. La educadora dice “ha llegado una carta”, los niños responden: ¿Para quién? , se nombra un niño/a y el pregunta: ¿Qué dice?, y se responde con una orden, por ejemplo, que de 5 pasos de gigante, y el alumno da los 5 pasos.
El juego se repite, cambiando las ordenes (pasos de enanitos, saltos de pulga, conejo etc.…) y finalmente gana el alumno que llega primero al lado de la educadora.
gracias por publicar este contenido
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