martes, 6 de diciembre de 2016

La observación y el diagnóstico psicomotores


La observación y el diagnóstico psicomotores

Los dos elementos de control o evaluación de situaciones, procesos o resultados con los que cuenta la intervención psicomotriz son la observación psicomotriz y el diagnóstico (balance) psicomotor.
La observación psicomotriz, si pretende ser organizada y sistemática, ha de estructurarse a modo de registro de los diferentes parámetros psicomotores. De este modo se pretende analizar en la actividad de cada niño (Arnaiz y Lozano, 1996):
· Su movimiento: los tipos de movimiento (balanceos, giros, caídas, marcha, carrera, saltos, gateo, trepa...), la calidad de los mismos (coordinados, armónicos, rápidos, circulares...), la implicación de partes del cuerpo (tronco, cabeza, brazos, piernas...), la postura (de pie, tumbado, sentado, agachado. en equilibrio...), la tonicidad (relajado, elástico, hipertónico...) y cuando y cómo manifiesta placer (sonríe, llora, grita, gesticula, verbaliza...).
· Su utilización del espacio: qué lugares ocupa en las diferentes fases de la sesión (inicial, central y final).
Su utilización del tiempo: duración de cada una de las actividades que realiza y de la ocupación de los diferentes lugares.
· Su relación con los objetos: qué objetos utiliza (bancos, colchonetas, telas, cojines, aros, pelotas...) y cómo los utiliza (explora, guarda, mira, retiene, comparte, quita, golpea...)
· Su relación con los otros: cuál es su actitud ante el juego (participa, propone, acepta...), cómo es su relación en el juego (solitario, en pareja, en grupo reducido...) y cómo es la relación con el adulto (aceptación, búsqueda, provocación, agresión, colaboración).

Una observación continuada establece una línea de evolución de los sujetos que participan en la intervención, e igualmente permite comprender las diferencias y peculiaridades de cada sujeto.
El diagnóstico psicomotor, entendido como una prueba o conjunto de pruevas que pretenden evaluar el desarrollo psicomotor del niño o sus competencias motoras viene siendo utilizado desde los inicios de la psicomotricidad (Berruezo, 1999a). La primera prueba verdaderamente de evaluación psicomotriz es la de Ozeretsky (1936) que fue revisada y adaptada por Guilmain (1948), autor del primer examen psicomotor. Posteriormente surgen pruebas encaminadas a la valoración de determinados aspectos del desarrollo infantil, que inciden en la importancia de la organización psicomotriz, tales como el test de imitación de gestos de Bergès-Lézine, la prueba de ritmos de Mira Stambak, el análisis del comportamiento de Wintrebert, los test de imitación de la motricidad facial de Kwint, los cubos de Kohs, el test de la figura de Rey, etc. Tras todo esto empiezan a proliferar los balances psicomotores, como el de Picq y Vayer, que elaboran un perfil, con puntuaciones en términos de edades relativas correspondientes a los distintos aspectos psicomotores, medidos mediante diversas pruebas. En la actualidad la oferta es variada y unos exámenes se diferencian de otros por la mayor o menor incidencia de las pruebas en determinados aspectos.
Veamos a continuación rápidamente algunas de las pruebas existentes para la medida del desarrollo psicomotor, deteniéndonos en una de ellas:
Batería Ozeretsky de motricidad infantil. Su propuesta data de los años 30 en que elaboró una serie de tests para medir la aptitud motriz de los niños. Puede ser utilizada por niños de 2 a 14 años. Los resultados configuran una edad motriz y un cociente motor que se obtiene de relacionar los resultados con la edad cronológica.
Observación psicomotora de Da Fonseca. Se trata de una batería de observación psicomotriz basada en sus estudios sobre el funcionamiento psicomotor del niño y la teoría de Luria sobre los niveles funcionales del cerebro. La batería está pensada para niños de 4 a 14 años y se estructura en siete áreas diferentes de observación que se corresponden con los elementos presentes en su descripción del sistema psicomotor humano (1998):
- tonicidad;
- equilibración; - lateralización;
- noción del cuerpo;
- estructuración espaciotemporal;
- praxia global;
- praxia fina.

· Balance psicomotor de Soubiran-Mazo. Surge de la experiencia iniciada con Ajuriaguerra en el laboratorio de psicología del hospital Henri Rouselle de París. Han intentado estructurar una batería compuesta por pruebas simplificadas, que requiera poco material y poco espacio para su realización. En conjunto resulta, por la cantidad de pruebas que incluye (más de veinte), una de las más completas.
· Examen psicomotor de Picq y Vayer. Se trata de una de las pruebas más utilizadas por su rapidez y lo amplio de su exploración. Esos autores prepararon un examen y un perfil elaborado con tests ya existentes, creados por otros (Ozeretsky, Stambak, Head, Bergès), configurando así un balance que incluye la valoración de los siguientes aspectos:
coordinación dinámica de las manos;
- coordinación dinámica general;
- equilibración;
- rapidez;
- organización del espacio;
- estructuración espacio-temporal;
- lateralidad;
- sincinesias, paratonía;
- conducta respiratoria;
- adaptación al ritmo.
Los resultados de las diversas pruebas se plasman en un perfil que manifiesta el estado del sujeto con respecto a su edad correspondiente, los aspectos en que su desarollo es normal o elevado, frente a los que se encuentran en fases anteriores a las que se ajustan a su edad.
Para niños de dos a cinco años describen una versión algo reducida a la que llaman examen psicomotor de la primera infancia. Las pruebas son seis:
- coordinación visomanual;
- coordinación dinámica;
- control postural (equilibrio)
- control del propio cuerpo;
- organización perceptiva;
- lenguaje.

¡VAMOS A JUGAR!

Titulo: “Como dice el tambor”
Nº de participantes: Todo el nivel
Espacio físico: Sala de clases o salon.
Material: Un tambor u otro instrumento musical, o bien puede golpear la mesa utilizando las manos.
Objetivos: Lograr con los parvulos, que coordinen, con presicion y eficiencia sus habilidades psicomotoras.
Descripción:
Los niños pueden estar sentados en el sueño, y la educadora toca un ritmo en el tambor, luego se lo pasa a uno de los niños/as, y este deberá imitar el mismo sonido. Todos los niños deben estar muy atentos, ya que es al azar, por lo que ellos no sabrán a quien le toca.



“EL TRABALENGUAS DE LOS ANIMALES”

OBJETIVOS
  • Imitar diferentes animales.
  • Ser capaces de pensar y decir las frases correspondientes.
MATERIALES Y RECURSOS
Ninguno.
DESARROLLO
Los niños se sentarán en corro (si son muchos podemos hacer dos corros). Un niño o la maestra empezará: pensará un animal y dirá:
“Esto es un…pato” y hará el gesto del pato, a lo que el niño contestará:
“¿esto es un pato?”, y hará el gesto. La maestra volverá a decir:
“un pato es” y así continuamente de niño en niño y con los animales que vayan eligiendo.


“¿QUIÉN SOY?
(20 min)
OBJETIVOS
  • descubrir las posibilidades de comunicación corporales mediante la mímica y ser capaces de expresar y de imitar con gestos.
  • Reconocer diferentes animales a traves de sus movimientos.
MATERIALES Y RECURSOS
Tarjetas de animales (bits).
DESARROLLO
Utilizaremos esta vez tarjetas para imitar a los animales. Nos sentaremos en corro y la maestra irá sacando diferentes dibujos de animales. Los niños, mediante la técnica de la mímica, es decir sin hablar ni hacer ruido, tendrán que imitarlos (cómo se mueven y actúan…).
Será conveniente que los animales estén sólo dibujados. De esta manera, al terminar la actividad, los niños podrán elegir el animal que más le haya gustado y pintarlo con gran motivación.
VARIACIONES DE LA ACTIVIDAD
En una sesión anterior podemos pintar los diferentes animales que más nos gustan o buscarlos en Internet.


patrones motrices

patrones motrices

Se denominan parámetros psicomotores a los elementos a partir de los cuales puede ser analizada la expresión de la actividad del niño desarrollada en la intervención psicomotriz (Arnaiz y Lozano, 1996). Se analizan, pues los diversos aspectos que interactúan con el individuo en tal situación, a saber: el movimiento, la utilización del espacio y del tiempo, así como la relación con los objetos (materiales y mobiliario) y las personas (adultos y compañeros).
Los parámetros ponen de manifiesto, además de la relación del niño con el mundo que le rodea, su manera de ser, sus emociones, su control y su capacidad. Por ello observar atentamente al niño actuando nos permite comprender la totalidad corporal que está viviendo, entender las manifestaciones de su personalidad, así como las necesidades o demandas que plantea.

Los parámetros psicomotores comúnmente considerados en el análisis de la actividad desarrollado en la sesión de psicomotricidad son:
· El movimiento. La actividad sensoriomotriz que el niño realiza pone de manifiesto su vida afectiva y su desarrollo cognitivo. Fundamentalmente se ha de considerar la destreza o torpeza, la coordinación y disociación de las acciones, la calidad de los desplazamientos, la tonicidad, la vivencia placentera o displacentera del movimiento. Factores como el mantenimiento de la postura, el desequilibrio, la hipertonía, las disarmonías o los balanceos nos indican situaciones de bloqueo o conflicto sobre las que habrá que intervenir.

· El espacio. Las experiencias motrices van proporcionando al niño informaciones sobre la ocupación del espacio, sobre la orientación de su cuerpo y de los objetos. El interés se dirige al uso y la organización que hace del espacio. El seguimiento de los itinerarios que describe su actividad así como la construcción de espacios personales (cerrados) o compartidos son datos a tener en cuenta. La sala estructurada en lugares diversos (dispositivo espacial), favorece la comprensión y organización del espacio (Arnaiz, 1999).
*El tiempo. Con la ayuda del adulto el niño tiene que aprender a establecer mediante se- ñales, momentos y períodos de tiempo estructurado. El tiempo es la duración de la vivencia, del movimiento, de la acción, de la relación. La capacidad de trabajar con sucesiones de acciones (circuitos de actividad) y con el concepto de duración (tiempo de uso de algún material) le va a ir proporcionando control sobre el tiempo. La sesión tiene un ritmo y unos momentos (dispositivo temporal) que ayudan a conocer y estructurar el tiempo.


*Los objetos. La relación con los objetos marca la evolución de la motricidad (prehensión, locomoción), de la afectividad (relaciones objetales) y del pensamiento (percepción, clasificación). La utilización de los objetos en la sesión de psicomotricidad puede ser muy diferente: desde la exploración al uso simbólico o la representación hasta como intermediario en la relación.
· Los otros. La relación con los compañeros introduce un componente muy enriquecedor en la actividad que desarrolla el niño en la sesión. Los otros pueden colaborar o aislar, pueden satisfacer o frustrar deseos, todo lo cual genera emociones y reacciones. Los intercambios con los demás, la imitación, la comunicación, el respeto a sus acciones o producciones intervienen constantemente en la actividad individual. También la relación con el adulto tiene importancia, la aceptación, rivalidad, provocación o seducción que el niño dirige hacia el adulto refiere igualmente su situación y sus posibles conflictos personales.
Como puede apreciarse, muchas y muy diversas son las variables a tener en cuenta cuando se desarrolla una intervención psicomotriz. De ahí la necesidad de que el psicomotricista tenga una gran disponibilidad y atención a las demandas y necesidades de cada uno de los niños y niñas que participan en la sesión y que cuente con una buena preparación para responder adecuadamente a las mismas.


¡VAMOS A JUGAR!

Carrera de saltos

Alinea a los niños uno junto al otro. Crea una línea de meta y pide que vayan hacia ella. Los niños deben saltar, no correr, hasta la meta. Si un niño comienza a correr o no salta en un pie sale del juego. Para niños mayores, coloca troncos a lo largo del carril para que los niños los brinquen conforme compiten.

Congelados de salto

Pide a los niños que brinquen sobre un pie alrededor del salón o afuera mientras tocas música. Apaga la música. Cuando se apaga la música todo mundo se congela. Si un niño se sigue moviendo debe sentarse y observar el juego. Cuando la música se prende de nuevo los niños comienzan a saltar sobre un pie de nuevo. Apaga y prende la música hasta que quede sólo un niño. También puedes jugar este juego sin música. Grita "alto" y "sigan" para indicar cuándo los niños deben detenerse o seguir saltando sobre un pie.

Avión

Utilizando tiza, traza ocho cuadros en la forma de un avión. Traza tres cuadros en línea alejándose de ti. Márcalos como 1,2 y 3. El cuadro 1 debe ser el más cercano a ti. Traza dos cuadros lado a lado arriba del cuadro 3. Márcalos como 4 y 5. El cuadro 4 debe ser el de la izquierda. Traza un cuadro más, 6, centrado arriba del 4 y el 5. Traza dos cuadros más lado a lado encima del 6. Márcalos como 7 y 8. Necesitarás una piedra o saco con frijoles para marcar. El juego comienza con un jugador tirando el marcador en el cuadro 1. Debe entonces saltar en un pie hasta el cuadro 8. El jugador no debe saltar en el cuadro que tiene el marcador. Después de haber saltado al cuadro 8 regresa al inicio y debe recoger el marcador a su regreso. Si cae al recoger el marcador o salta fuera del cuadro, su turno termina. El juego continúa con el marcador siendo lanzado a cada cuadro. La persona que haya lanzado el marcador a los ocho cuadros gana.

EDAD
FASE
CARACTERÍSTICAS
2 – 4 años
Primer ensanchamiento
Desproporción entre estatura y peso. Tendencia a engordar (aumento depósitos adiposos)
5 – 7 años
Primer estirón
Tendencia opuesta, mayor esbeltez
8 – 11 años
Segundo ensanchamiento
Acumulo grasa antes de la pubertad
12 – 14 años Mujeres /
13 – 16 años Hombres
Segundo estirón
Aumento de la estatura
Juventud / adulto
Tercer ensanchamiento
proporcionalidad

La motricidad fina y la grafomotricidad


La motricidad fina y la grafomotricidad

la mano es el órgano del tacto activo, percibe al tocar más que al ser tocada. La información la capta principalmente a través de las posibilidades motrices de los dedos que seleccionan los datos de los objetos que los identifican por su forma, contorno o textura. La mano es, pues, fundamental para el desarrollo perceptivo, el desarrollo cognitivo y, desde luego para el desarrollo afectivo (la mano que acaricia). La mano es algo así como nuestro intérprete en la relación con el mundo de los objetos.
Así pues, además de la especialización de las manos dentro del cuerpo, tenemos una especialización de las manos entre sí. En función de la dominancia, una mano adquiere unas competencias distintas o más precisas que la otra. Las funciones en general de la mano en cuanto a la educación de la motricidad fina serían la prensión y la suelta. Desde aquí se abre el camino hacia la coordinación visomanual y hacia la grafomotricidad.
Al referirnos a la motricidad fina estamos hablando de las praxias, sistemas de movimientos coordinados en función de un resultado o intención y no como fruto del reflejo. No resulta extraño que las dificultades práxicas o psicomotoras puedan implicar dificultades especí- ficas del lenguaje, principalmente porque éstas se materializan mediante alteraciones de la acción, tanto en la oromotricidad (motricidad del habla) como en la micromotricidad (motricidad fina como la de la escritura).

Fonseca (1988):explica gráficamente cómo los movimientos que requieren formas adaptativas más elementales, están integrados en formas adaptativas más complejas, como una totalidad sistémica. Por ello el acto de escribir exige una secuencialización de impulsos seriados dirigidos por el córtex motor y programados en el córtex premotor que comprenden necesariamente subsistemas llamados simples, como la tonicidad y la equilibración, subsistemas llamados compuestos, como la lateralización, la noción corporal y la estructuración espaciotemporal, y por último, subsistemas llamados complejos, como la praxia global y la praxia fina. Estos últimos están ligados al desencadenamiento del movimiento intencional programado y planificado y constituyen la especificidad de la conducta motriz humana que, gracias al desarrollo de una habilidad tan especializada en el manejo de las manos, ha podido llegar a generar, mediante la simbolización, la expresión de sus sentimientos mediante el arte y la escritura. Tanto a nivel filogenético como ontogenético, antes del lenguaje hablado, el gesto prepara la palabra, la emoción precede a la comunicación y la comunicación no verbal da origen a la comunicación verbal.
El lenguaje escrito constituye la estructura básica sobre la que se van a edificar los procesos de abstracción y generalización, que caracterizan el pensamiento y los lenguajes superiores. El hecho de realizar una huella gráfica representa un determinado grado de desarrollo psicomotriz y afectivo del niño. La evolución del trazo es la del desarrollo psicomotriz, afectivo y social del niño que lo realiza.
La escritura requiere para su realización de un control de las partes corporales activas (dedos, mano, muñeca) muy preciso, que se hace posible gracias a la capacidad de inhibición de las partes corporales pasivas (antebrazo, brazo, hombros).

La grafomotricidad tiene por objeto el análisis de los procesos que intervienen en la realización de las grafías, así como el modo en que éstas pueden ser automatizadas y cuyo resultado responda a los factores de fluidez, armonía tónica, rapidez y legibilidad. La grafía es el trazo resultante de un movimiento. Si podemos repetir un trazo de manera idéntica entonces se ha interiorizado. Esto es un ejercicio de control motor que surge como resultado de una gran cantidad de ajustes perceptivos y motores, su regulación nerviosa y la implicación afectiva del sujeto.
. El desarrollo grafomotor necesita como requisito previo la consecución de determinados logros:
- coordinación visomotriz ajustada
- constancia de la forma
- memoria visual y auditiva suficiente
- correcta prensión, - coordinación entre prensión (del lápiz) y presión (sobre el papel)
- automatización del barrido (de izquierda a derecha y de arriba a abajo)
- capacidad de codificar y descodificar señales visuales y auditivas
- automatización encadenada de las secuencias (melodía cinética).
Para su uso en la escritura, el trazo ha de pasar de la interiorización a la automatización, con lo que las palabras, al ser vaciadas de la carga de conciencia que necesitaban para su realización gráfica, pueden ser llenadas con una carga de significado para la expresión y comprensión de las mismas.

¡VAMOS A JUGAR!

MOTRIZ GRUESO
Imitación de los desplazamientos de diferentes animales, Ejemplo: Saltar como un canguro o un sapo, reptar como la serpiente, etc.
Caminando con objetos sobre la cabeza.
Sobre una colchoneta haciendo rollo hacia adelante y hacia atrás
Ejercitando saltos alternados sobre uno y otro pie.
Saltando sobre una cuerda suspendida a 20 ó 30 centímetros del piso.
Caminando sobre una barra de equilibrio.
Realizando juego del tren o formar filas.
Desarrollar el freno inhibitorio: Caminando o corriendo, parar al escuchar la señal; ya sea un pito, música, tambor, entre otros.
Bailando al ritmo de la música.
Caminando en talones y punta de pies.
Realización de juegos de coordinación.
MOTRIZ FINO
*Trabajo del proceso del rasgado ,arrugado, punzado y recortado: Rasgado y arrugado de trozos grandes inicialmente y después pequeños.
*Realización de punzado y recortado libremente, por fuera de una figura, por dentro de una silueta, de líneas rectas, curvas y quebradas (ya sean horizontales, verticales, diagonales).
*Entre líneas que se van uniendo cada vez más.
*Recortado y punzado de contornos.
*Amasado de plastilina, arcilla, masas, entre otras.
*Realización de ejercicios gráficos con ritmos lentos y rápidos.
*Desarrollo de ejercicios de enhebrado, introduciendo cuentas, chaquiras , pastas, etc. En una cuerda o cordón.
*Manejo de títeres.
*Coloreado con respeto de límites.
*Unión de puntos y líneas hasta formar figuras.